Yakitori es una nueva propuesta gastronómica que llega a Bogotá con el objetivo de democratizar la comida asiática por partida doble: por un lado, ofreciendo una experiencia de casual food a precios accesibles y, por otro lado, brindando posibilidades de negocio a quienes desean invertir en una cadena de restaurantes, pero a un bajo costo.
Colectividad del campo a la mesa
El líder y gerente detrás de este proyecto es Daniel Rocha, un joven empresario del sector gastronómico cuyo enfoque siempre ha estado en la sostenibilidad y en el beneficio de las comunidades.
Daniel lleva nueve años en la industria de alimentos y bebidas. Inició este camino en el sector de la agricultura y la ganadería con un negocio de agricultura orgánica en el que participaban más de 37 personas. Con esta empresa trabajó para reducir la migración de jóvenes rurales a las ciudades, brindando programas de producción y formación a jóvenes campesinos.
Gracias a esta iniciativa, obtuvo el premio como mejor emprendimiento social en el 2017. Aunque el proyecto se detuvo, esta experiencia se convirtió para Daniel en un incentivo para continuar trabajando en proyectos de desarrollo colectivo.
El cierre de su primer emprendimiento, lo llevó a conseguir aliados y a crear Food Hub, una consultora para negocios del sector de alimentos y bebidas. Con esta nueva empresa, Daniel conoció de cerca los retos a los que se enfrenta el sector en Colombia, como por ejemplo la inseguridad, la desconfianza y la falta de orden.
Pero, además de conocer los desafíos de la industria, Daniel vislumbró un camino lleno de oportunidades, “con este negocio comenzamos a ver unos campos enormes de acción y comprender cómo se quiebran y organizan los negocios, toda la cantidad de retos que tienen, pero también que Colombia tiene un potencial de mercado inmenso e impresionante tanto desde el ejercicio de venta de gastronomía como en el de inversión”, explica Daniel.
El nacimiento de una nueva idea de negocio
La experticia de Daniel en el sector, le brindó la oportunidad de trabajar con el gremio de los bares y conocer diversas formas en las que es posible de asociarse a este tipo de negocios. Aunque las dinámicas sociales que se establecían a través de estos sistemas eran interesantes, había muchas cosas con las que no estaba de acuerdo, “el problema es la falta de formalidad, muchas veces nos hay supervisión”, comenta Daniel.
Sin embargo, gracias a esta nueva experiencia, su idea de crear su propio proyecto que generara este tipo de dinámicas colectivas, pero de manera formal en Colombia, tomó cada vez más fuerza.
Así, que después de indagar y explorar diversas alternativas de financiación para su idea de negocio, como el crowdfunding, descubrió el modelo de inversión colectiva bajo el cual nació Yakitori.
“Nuestro modelo de inversión colectiva es una estrategia de doble impacto, el primero enfocado en promover la industria gastronómica donde personas con o sin experiencia pueden ingresar a un proyecto de inversión con un ticket de bajo costo, logrando así promover el interés de participación en modelos de esta característica y tener más fuerza como industria a nivel nacional e internacional. Como segundo enfoque se busca construir una red de embajadores de la marca que promuevan el posicionamiento de la misma siendo ésta una estrategia de éxito. El modelo de colectividad viene respaldado por dos principios de éxito, la transparencia y la comunicación, lo cual se materializa en una plataforma donde cada uno de los inversionistas tiene acceso para analizar el estado del proyecto durante la fase de operación”, explica Daniel.
Encendiendo las parrillas
El término Yakitori se refiere a la variedad de proteínas y vegetales que se cocinan a la parrilla troceados en pinchos. Por lo general, se sazonan con tare, una salsa basada en el shoyu dulce y salado acompañado por shio (sal).
La parrilla asiática es el concepto alrededor del cual gira Yakitori, el sueño que logró materializar Daniel después de tantos años de esfuerzo. Esta cadena de restaurantes promete a sus comensales platos con ingredientes frescos servidos bajo el formato Kozara, presentaciones pequeñas diseñadas para que los comensales puedan degustar varios sabores.
La creación del menú estuvo a cargo del reconocido chef peruano Adolfo Cavalie, quien tuvo la oportunidad de trabajar en el restaurante Central, distinguido como el mejor restaurante del mundo según “The World’s 50 Best”.
Dentro del menú se encuentra variedad de preparaciones como dumplings, yakitori, yakimeshi (arroces), ensaladas, sopas como el ramen, postres, cervezas, cocteles y otras bebidas. El promedio de precios por plato está en 13.000 pesos.
Por el momento se tiene proyectada la apertura de 12 puntos de venta en Bogotá en diferentes zonas como Chicó Norte, Chapinero, Calle 109 y 127, Cedritos, Colina-Prado, Floresta, Suba, Universidades, Galerías, Salitre, Centro y Aeropuerto. Sin embargo, Daniel no descarta la posibilidad de expandirse a otras zonas de la ciudad.
Para los interesados en vincularse
Basado en su trayectoria y conocimientos, Daniel se aseguró de que cada aspecto del proyecto estuviera diseñado acorde a los factores de éxito de este tipo de negocio, tanto así que tan solo durante el primer mes de lanzamiento rompieron recod en ventas.
“Decidimos que fuera asiático porque entendimos que en Colombia hay una dinámica alrededor de la comida asiática y es que, según la psicología del consumidor, existe una expectativa aspiracional con este tipo de comida. Además, la cocina asiática se asocia con lo saludable, una tendencia mundial”, explica Daniel.
Por otro lado, según Daniel, Yakitori reúne tres cualidades fundamentales que garantizan el crecimiento de un restaurante:
– Multi horario, ofrece opciones de almuerzo, cena y noches de cocteles.
-Muti target, donde cualquier persona sin importar la edad ni intereses, se siente a gusto en el lugar.
-Replicabilidad, lo que se traduce en que el montaje de un nuevo punto de venta toma un periodo máximo de 60 días hábiles.
Actualmente Yakitori se encuentra en la etapa número dos de ventas, pero está próxima a cerrar e iniciar la tres. El costo aproximado de inversión de la etapa dos está entre 25 y 27 millones y medio.
En el momento se encuentran vinculadas alrededor de 100 personas, con las cuales Daniel mantiene constante comunicación informándoles acerca de cada paso del proyecto, pues asegura que la transparencia y el profesionalismo, son la base sobre la cual se construye este gran colectivo gastronómico.
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