Cortar, trinchar y recoger; tres acciones que se repiten una y otra vez en las mesas alrededor del mundo.
En el ritual de sentarse a la mesa, los cubiertos son los encargados de transportar el alimento del plato a la boca de manera higiénica y sofisticada. Sin embargo, aunque esto parezca obvio, no siempre fue así.
El uso de estos utensilios en la mesa, se popularizó solo hasta la Edad Media dentro de la alta sociedad francesa, época en la que la tradición era “comer a cubierto,” lo cual significaba que los utensilios estaban cubiertos sobre la mesa con un mantel para indicar que se habían tomado precauciones para evitar envenenamientos y la contaminación de los mismos. De ahí surge el término con el cual se les conoce actualmente.
Pero antes de que estos utensilios se convirtieran en cubiertos, se hacía uso de estas herramientas de diferente manera. A continuación, hablaremos brevemente de la forma como cada uno de estos: cuchillo, cuchara, y tenedor; recorrieron su camino hasta llegar a nuestras mesas.
Cuchillo:
Es el primer cubierto que se conoce. Este instrumento, utilizado desde la prehistoria y elaborado en sus orígenes a partir de sílex, ha acompañado a la humanidad en las guerras y en la alimentación.
Su fabricación para el uso exclusivo en las mesas, se realizó hasta finales de la década de 1630, cuando cardenal francés Richelieu, influyó para que se prohibiera el uso de los cuchillos de guerra para comer y limpiarse los dientes. De esta forma se comenzaron a fabricar los cuchillos modernos, reemplazando la punta afilada por una punta roma.
Gracias a este cambio, la presencia del cuchillo en la mesa, además de ser más higiénica, dejó de representar peligro y violencia durante el acto de comer.
Cuchara:
Desde el periodo Paleolítico se tiene registro del uso de esta herramienta, la cual estaba elaborada a partir de conchas marinas. Luego, su utilización se extendió hasta el Antiguo Egipto, en donde este objeto elaborado a partir de madera y marfil, tenía carácter ceremonial y era utilizado para sostener incienso u otras sustancias. Mientras tanto, en Roma y en la Antigua Grecia, la cuchara era utilizada para retirar los restos de comida del plato o para romper la cáscara de los huevos.
El uso de cucharas en las mesas se popularizó hasta en la Edad Media entre las clases altas cuando el concepto de civilité se difundió entre la aristocracia europea. Los modales en la mesa, se convirtieron en un tema importante, por lo que, a principios del siglo XVI, se incluyó la cuchara dentro del juego cubiertos para cada persona en la mesa.
Tenedor:
Fue el último cubierto en llegar a las mesas. A pesar de haber existido desde la antigüedad, este volvió a aparecer hasta principios de la Edad Media en el siglo XI, cuando la princesa bizantina, Theodora Anna Doukaina quiso imponer el uso del Fourchette o tenedor a la hora de comer. Pero esta imposición, la iglesia la tomó como un desafío a Dios, porque según ellos, los dedos eran el instrumento perfecto creado por él para manipular la comida. Además, la forma de este utensilio no resultaba muy amigable para la iglesia, ya que en un principio los tenedores tenían solo dos puntas, lo cual tenía un estigma negativo al relacionarse con el mal.
Finalmente, durante la época del Renacimiento, Catalina Medici popularizó el tenedor. Y a pesar de que, en un comienzo, los tenedores tenían una connotación femenina, fueron ganando espacio en las mesas hasta llegada de la industrialización para volverse indispensables al momento de cualquier comida.
Ahora, la próxima vez que vayas a dar el primer bocado, sabrás que con los cubiertos no solo te estás llevando un trozo de alimento tu boca, también estarás saboreando un fragmento de la historia.