Elegir el vino perfecto para maridar las comidas puede resultar retador para algunos comensales, ahora bien, esto no debería ser un motivo por el cual preocuparse dado que Colombia no es un país productor de vinos y su consumo no está instaurado dentro de la rutina de la mayoría de los colombianos la hora de sentarse a la mesa.
Sin embargo, según estadísticas de Nielsen, durante los últimos años el consumo de vino per capita de los colombianos ha aumentado considerablemente y en este momento se encuentra en 0,9 litros, un aumento del 300% con respecto al consumo en el año 2006, cuando el consumo era de 0,3 litros.
Aun así, todavía existe desconocimiento a la hora elegir el vino que acompañará el plato que llegará a la mesa, por eso hablamos con el chef Adrián Gerboles, chef ejecutivo de Hilton Bogotá, quien nos contó acerca de los aspectos más importantes que se deben tener en cuenta a la hora de elegir un vino para maridar.
La clave para elegir el vino es…
Según Gerboles, es crucial tener en cuenta la armonía de sabores. Los aspectos más importantes incluyen la intensidad y textura del plato, la acidez del vino, la región de origen, la temperatura de servicio y las preferencias personales. Buscar equilibrio y experimentar para encontrar la combinación perfecta, son clave para mejorar la experiencia gastronómica.
¿Cuáles son las reglas para maridar un vino? Si es que las hay
Para Gerboles el maridaje es todo un arte en el cual no existen reglas estrictas, pero sí existen algunos factores que se deben considerar para hacer esta experiencia lo más satisfactoria posible:
- Complementar o contrastar: buscar vinos que complementen los sabores del plato o que proporcionen un contraste interesante.
- Equilibrio de sabores: buscar un equilibrio entre los elementos dulces, salados, ácidos y amargos del plato y el vino.
- Temperatura: servir a la temperatura adecuada. Los tintos a menudo se sirven a temperatura ambiente, mientras que los blancos y espumosos se toman fríos.
- Experimentación: no tener miedo de experimentar. Las preferencias personales juegan un papel crucial, y a veces las combinaciones menos convencionales son las mejores.
¿Vino tinto, blanco o rosado?
Esa es la pregunta que muchos comensales se hacen luego de elegir el plato en el menú. Para responder a esta pregunta, el chef Gerboles nos brinda estas recomendaciones:
“El vino blanco suele acompañarse con pescados. Un ejemplo puede ser el salmón preparado a la plancha que tenemos en nuestro restaurante La Ventana. El vino rosado es versátil, a menudo más ligero que el vino tinto, pero más sustancial que el blanco, y es perfecto para carnes magras con poca grasa. Por otro lado, el tinto es más robusto y así mismo con una intensidad en sus sabores, que los hace ideal para acompañar un plato de carnes rojas.”
Eso sí, el chef aclara que se deben tener en cuenta otros ingredientes adicionales que acompañan los platos ya que pueden influir en la elección del vino.
Sin duda el vino es un gran acompañante de las comidas. Esta bebida además de crear una experiencia sensorial, relajante y placentera al comer, como lo dice Gerboles: “realza los sabores, texturas de la comida, equilibra los elementos gustativos, y limpia el paladar entre los bocados.”