La kombucha es una bebida fermentada milenaria con más de 2.000 años de historia. Su origen se remonta al emperador Qin Shi Huang de la dinastía Qin 221 a.C. en China, cuando el emperador buscaba un elixir que le permitiera aumentar sus años de vida. El resultado fue la Kombucha. Por eso, se le conoce como el “té de la inmortalidad”.
“La Kombucha es un fermentado con té caliente. Es una bebida que resulta del proceso de fermentación del té con un cultivo simbiótico de bacterias y levaduras que digieren el azúcar y la transforman en probióticos, antioxidantes, enzimas, vitaminas y minerales benéficos para el cuerpo porque ayudan a desintoxicar el hígado, a mejorar la gastritis y a hidratar el cuerpo”, afirma Camilo Reyes, propietario de Happy Kombucha.
Suele mezclarse con jugos de fruta natural, pero también es utilizado en coctelería. Tiene propiedades especiales que hacen que el cuerpo del ser humano se llene de energía, mejore su ánimo y tenga una sensación de felicidad.
Happy Kombucha nace cuando los dos propietarios se fueron a vivir a Hawaii seis meses, en el 2012. Allá les dieron a conocer esta bebida y quedaron fascinados con la experiencia. “Me tomé como 900 ml en 15 minutos porque me dijeron que generaba un efecto súper chévere, y lo que sentí fue mucha energía, mucha felicidad, se me erizó la piel y empecé a saltar contento. No creía que una bebida saludable pudiera hacerme sentir esto. Por eso, es la bebida del futuro porque te hace sentir increíble y es increíble para el cuerpo”, agrega Camilo Reyes.
Según estadísticas, el año pasado se vendieron alrededor de $1.000 millones de dólares en Estados Unidos de Kombucha. Lo que refleja un crecimiento del 40% año tras año. Lo más interesante es que no es una bebida alcohólica. De acuerdo con una entrevista realizada por El Tiempo al chef Xavier Valenzuela, la Kombucha tiene un 0,5% de alcohol. Lo que la hace muy versátil para el consumo de cualquier tipo de público.
Conoce más sobre el universo de la Kombucha en la página https://colombia.happykombuchalab.com/
Foto de: Camilo Reyes