Cada vez crece más el debate de si el azúcar es beneficioso o no para la salud, como si el panorama fuera solo blanco y negro. Sin embargo, lo que no se está teniendo en cuenta es que una alimentación saludable requiere de un balance entre grises, es decir, de un consumo moderado y de un estilo de vida activo.
De acuerdo con el nutricionista Toni Solá, el azúcar está presente en gran parte de los alimentos que ingerimos, especialmente en los refrescos, dulces, postres, productos lácteos, cereales para el desayuno, entre otros.
Es definida según la Real Academia Española como una sustancia cristalina perteneciente al grupo químico de los hidratos de carbono, de sabor dulce y color blanco en estado puro, soluble en agua, que se obtiene de la caña dulce, de la remolacha y otros vegetales.
El azúcar común (azúcar de mesa) o sacarosa es un disacárido que se compone de dos monosacáridos: glucosa y fructosa. Tanto la glucosa como la fructosa son consideradas también azúcares.
La lactosa es un disacárido formado por glucosa y galactosa, y también se le conoce como “azúcar de la leche”. Por tanto, la glucosa, la fructosa y la galactosa son azúcares simples que se pueden combinar para formar azúcar de mesa (glucosa + fructosa) y en lactosa (glucosa + galactosa). Y tantos esos monosacáridos como los disacáridos son considerados azúcares. (Información tomada de Liquats.com)
Sin embargo, cuando hablamos del azúcar en la tabla nutricional, generalmente hablamos de los carbohidratos que en su forma más simple se llaman monosacáridos y son, la fructosa, la glucosa y la galactosa. Solo cuando se combinan algunos de los nombrados anteriormente forman un disacárido como la sacarosa que es el azúcar de mesa, la lactosa o la maltosa. Pero, cuando se combinan más de dos monosacáridos se denomina polisacáridos, entre los que se encuentran los almidones y la fibra.
Pero, ¿qué pasa cuando el cuerpo ingiere el azúcar?
Los carbohidratos se reducen a su forma más simple, la glucosa, la cual viaja al hígado para ser procesada. Otra parte se dirige al torrente sanguíneo para proporcionar energía a los diferentes órganos. El azúcar que no utiliza el hígado lo almacena en el mismo órgano o en las células musculares en forma de glucógeno o lo dirige al tejido adiposo (grasa). Empero, el glucógeno tiene un límite, por eso cuando se sobrepasa, las personas engordan porque se convierte en grasa.
Entonces, ¿cuánto azúcar debería consumir el ser humano diariamente?
La Organización Mundial de la Salud recomienda que los azúcares presentes en la dieta no deben aportar más del 10% de las calorías diarias.
Pero, no es un producto que se deba suprimir de la dieta alimentaria ya que como lo dice la Dra. Kristina Rother, pediatra y experta del NIH en edulcorantes, el cuerpo necesita de glucosa para poder sobrevivir. “La glucosa es el principal alimento del cerebro y es una fuente muy importante de combustible para todo el cuerpo”. Además, durante la infancia, el consumo moderado de azúcar es muy importante para el desarrollo de los tejidos y la absorción de las proteínas.
Así mismo, ayuda al desarrollo físico y mental del ser humano y nutre el sistema nervioso, evitando que las personas sufran crisis nerviosas o alteraciones.
“El dulce es el primer sabor que probamos al nacer ya que está presente en la leche materna. Instintivamente asociamos este sabor con las madres y es el primer nutriente que entra en nuestro cuerpo, por lo que no es dañino”, afirma Cristina Romero, periodista de Esquire.
En cambio su carencia, puede aumentar el apetito, la ansiedad, la falta de sueño, la intranquilidad y puede afectar el correcto funcionamiento de la sangre, el hígado y las neuronas.
El lado negativo del azúcar
El azúcar en sí mismo, como lo dijimos anteriormente, no es nocivo, ya que es una sustancia natural que se encuentra en alimentos como las frutas y hortalizas. Sin embargo, si lo usamos en exceso puede generar diabetes, obesidad o patologías cardiacas.
Aun así, existen grandes detractores de su uso porque consideran que es un veneno que daña al cuerpo. «Al igual que el alcohol y el tabaco, realmente el azúcar es una droga. Aquí se necesita un papel importante por parte del gobierno. El uso del azúcar debe ser desalentado y los usuarios deben ser conscientes de los peligros», dice el artículo de Paul van der Velpen, publicado en el sitio web oficial del área de Salud Pública de Ámsterdam.
De hecho, cita una investigación, alegando que el azúcar, a diferencia de la grasa y otros alimentos, interfiere con el apetito del cuerpo creando un insaciable deseo de seguir comiendo, un efecto que la industria alimentaria utiliza para aumentar el consumo de sus productos. «El azúcar altera este mecanismo. Quien utiliza azúcar quiere más y más, incluso cuando ya no tienen hambre. Por ejemplo, se puede ofrecer huevos a alguien y esta persona va a dejar de comer en un momento. Pero tras recibir las galletas va a seguir comiendo a pesar de los dolores de estómago», argumentó Van der Velpen en una entrevista para RT en español.
Es por esto que recomendamos leer bien las etiquetas de los alimentos y consumir azúcar pero de manera adecuada y sin excesos.