Chorilongo nace de la genialidad de su propietario y chef, David Orozco, quién se aventuró hace cinco años a presentar en un October Fest un producto fácil, garoso, llamativo en tamaño y presentación, que combina lo gourmet con lo callejero. A pesar de la originalidad del producto, su éxito no radica únicamente en eso, sino en la integralidad del negocio. Su concepto va más allá de ofrecer calidad. Se preocupan por conocer de dónde vienen sus ingredientes y su trazabilidad, por tener un comercio justo con proveedores locales y un personal de trabajo bien remunerado y capacitado, por tener un buen servicio, por ser sostenibles e innovadores, y por cumplir con toda la normativa.
En este momento cuenta con cinco puntos y espera crecer más este año expendiendo sus horizontes a lugares como Medellín, Chía, Santa Marta, Cartagena, Cali y Barranquilla. En su carta ya no solo vende chorilongos, sino que le ofrece al consumidor una oferta amplia de productos como ensaladas, hamburguesas, ceviche de chorizo, empanadas, sánduches y cervezas artesanales. Todo lo prepara con amor. Dentro de su filosofía está ofrecer productos que le daría a su mamá. Por eso siempre busca mejorar y brindarle al cliente la mejor experiencia.