Los venezolanos Dereck Marin y su hermana Jessica Lorenz llegaron a Bogotá en busca de oportunidades. Su gusto por el mundo de las hamburguesas los llevó a crear Mostacho Foodtruck, un espacio que combina lo gourmet con lo urbano y que tiene como lema “Si la ves, te enamoras”. A pesar de que sus hamburguesas y salchipanes no traen el ADN de las comidas rápidas de su país (productos gigantes con muchos ingredientes), estos si tienen su propio sello. Un sabor único creado a partir de especias y esencias que los diferencia de la competencia.
No son chefs, pero su amor por la cocina y sus ganas de salir adelante, los llevaron a instruirse en el negocio a tal punto que ahora venden más de 70 hamburguesas solo en los fines de semana y esperan abrir otros dos puntos más este año. Esa es su meta.
Su concepto busca brindarle una experiencia diferente al consumidor y conectarse con él a partir de su historia. La idea del bigote se origina como una crítica a su gobierno. Con el quiere decirle a los colombianos que no todos los venezolanos que tienen bigote son malos, sino que son un pueblo lleno de alegría y esperanza, de carisma.
