En el mundo de la gastronomía existen más variantes que la propia comida que pueden influir a la hora potencializar los sabores, las texturas y brindar una experiencia completamente diferente al comensal. Una de ellas es la música, la cual en la mayoría de casos “inconscientemente”, nos acompaña desde que cocinamos hasta cuando estamos comiendo, sin saber los efectos que produce en nuestra percepción de algún platillo.
¿Alguna vez te has puesto a pensar en la música que se escucha en los restaurantes? Muchos comensales creen que es pura casualidad, pero siempre hay una estrategia detrás a la hora de elegir las canciones que acompañarán los platos que sirven, los sabores que crean y la personalidad del sitio. Es por esto, que los restaurantes con la cuarentena han decidido compartir con sus clientes su listas de Spotify, para llevarles un poco de la experiencia de sus restaurantes a sus hogares. ¡Nada es casualidad!
Y es que, es importante tener en cuenta que saboreamos con el cerebro, más no con la boca. La lengua es solo una puerta de entrada y el cerebro es aquel que interpreta los sabores. Por eso, el crítico de comida y editor de Waitrose Food, William Sitwell, afirma que un buen chef no solo es maestro en su cocina, sino que es un creador de atmósferas, desde la decoración hasta la música. Si no tiene en cuenta esto, por más de que cocine como los dioses, no llegará muy lejos. Por eso, escoger una pieza musical se vuelve todo un arte, porque es un factor que acentúa la comida y la vuelve más apetitosa para los sentidos, a la vez que afecta las emociones del comensal.
De acuerdo con el profesor de la universidad de Oxford y psicólogo Charles Spencer, “la intensidad y el ritmo, o los latidos por minuto afectan la forma en que comemos. A medida que suben, tendemos a comer o beber al ritmo de la música. Algunos restaurantes usan música rápida para sacar a la gente rápidamente y reducir la velocidad si quieren que los clientes se detengan. Estamos arrastrados en ciertas direcciones por la música. Por lo que, por ejemplo, colocarla demasiado alta puede suprimir la capacidad de degustar”.
Es por esto que la música no es solo un acompañamiento para la comida, sino que es un ingrediente principal. “Yo lo llamo sazón sónico. Puedes escoger o hacer música porque sus cualidades sonoras parecen dar sabor. Un tono más alto puede producir sabores dulces o amargos, mientras que las notas más bajas pueden producir sabores amargos. Puedes crear menús musicales: música cremosa, música umami”, asegura Spencer en una entrevista para The Guardian.
El chef Youssef cree profundamente en esto. Por eso, creó la Mesa del Chef de Youssef donde mezcla la textura, la estimulación visual, los olores y el sonido con la gastronomía. Todo influye a la hora de comerse un plato. Además, que lo hace más congruente donde todos los sentidos van encaminados hacia una misma dirección.
Pero, ¿qué música se lleva mejor con qué comida?
De acuerdo con un estudio realizado por Spencer, la comida India va mejor con el rock y la música Indie; la cocina italiana con la música clásica, la comida china con el pop, la comida Thai y sushi con el jazz y la picante con el rock and roll.
De hecho, el científico Thomas Hummel, asegura que los ritmos armoniosos hacen que el apetito incremente porque libera dopamina, serotonina y endorfinas que son las que regulan el ánimo y activan las ganas de comprar y consumir. Por eso, la música es el ingrediente secreto para hacer de tu experiencia gastronómica un éxito completo. ¿Con qué tipo de música te gusta acompañar tus comidas?