Boteco Río, es el nuevo gastro
pub que quiere reflejar un poco del corazón brasilero y amazónico en Bogotá. Su
concepto fue creado por José Carlos Da Silva, un empresario brasilero que llegó
a Colombia en el año 2018 con el objetivo de enamorar a las personas de esta
cultura.
Para presentar su propuesta gastronómica, invitó a Flavia Dos Santos, sexóloga,
para que hiciera un paralelo entre la comida y el sexo, ya que Boteco Río es
sensualidad, alegría y buena sazón, elementos que comparten entre sí la
gastronomía y el sexo.
“Para cocinar, nosotros metemos los alimentos al fuego y dejamos que se calienten. Le ponemos sazón. Sabemos que el sabor cambia cuando le damos el tiempo necesario para que se calienten las cosas. Es muy distinto a abrir la nevera y comer frío. Esto se asemeja al sexo, al cual hay que preparar y generar expectativa”, asegura Flavia Dos Santos.
Pero, agrega, ninguna comida es afrodisiaca. Eso, según ella, es un concepto cultural que brinda cada país y que transforma el imaginario de las personas. “Es una necesidad que tenemos de hacer de ese momento de la gastronomía, algo bueno. Viene de la diosa afrodita y nos incita a la lujuria y a la gula. También a estimular los sentidos. Es un momento que asociamos con algo placentero, como el que se pasa en pareja”.
La cachaza tiene un sabor fuerte, como los líquidos que emana el cuerpo cuando está en pleno acto sexual. Nació a partir de la caña de azúcar con unos esclavos que ponían a hervir la caña y la dejaban guardada. Se tomaba después de un día de trabajo y decían que sacaba los demonios que las personas tenían adentro. Su combinación con fríjoles es una trasgresión y una explosión dentro del cuerpo y la mente, ya que es una bebida atrevida con mucho sabor que también se puede combinar con frutas y hierbas.
Para ella, la cocina al igual que el sexo, requiere de invertir tiempo, emoción y creatividad. No es algo que se hace de manera espontánea o mágica, sino que es un momento que se prepara y se desea. Sin embargo, considera que las personas todavía siguen teniendo muchos mitos alrededor de este tema por lo que no dejan que las cosas fluyan.
Lo mismo pasa con la comida, asegura. Pescados como el pirarucú siguen siendo desconocidos para muchos colombianos, pero con él se puede preparar hasta chicharrón. Otro mito amazónico que es muy curioso y que va relacionado con el sexo, es el del delfín rosado. “Dicen que sale en las noches de luna llena y se viste de blanco. Se convierte en un hombre muy hermoso con sombrero que le cubre la parte donde respira el delfín. Elige a las mujeres más bonitas y solteras y se las lleva al río Amazonas. Las embaraza y las devuelve al amanecer”, establece Flavia.
Pero, estas parejas disparejas también se ven en la comida. Suelen ser la combinación perfecta y tener mucha química, como sucede con la empanada de queso y bocadillo que muestra dos extremos, el sado y el dulce, lo agresivo y lo delicado, pero que cuando se unen crean una explosión perfecta en la boca, difícil de no disfrutar.
La champaña, también invita a la lujuria y la fantasía. Según Flavia, se volvió muy famosa desde el siglo XVIII con madame Pompadour, amante de Luis XV, quien aseguró que el único trago que dejaba a las mujeres bonitas después de una noche de muchos tragos, era ese. Por eso, es un licor sexy que se debe consumir de a poquitos.

Sobre Boteco Río
El espacio ubicado en Usaquén, cuenta con una gastronomía típica del país multicultural: feijoada, bolinhas de queijo, coxinha y la picaña, hacen parte del menú de Boteco Río. Cabe resaltar que el gastro pub cuenta con tres niveles: barra en el primer piso, espacio de coworking y discoteca en el segundo y su respectiva cocina en el tercero. El lugar también ofrece clases de samba, día de cine, stand up comedy, música en vivo, rumba con Dj de la casa y eventos corporativos.
“El lugar fue creado pensando en ser generadores de arte y cultura. Contamos con murales e ilustraciones en cada esquina de Boteco. Tenemos actualmente diversas alianzas con entidades como Ibraco y aplicaciones como Duolingo, en donde realizamos eventos que han logrado conectar y compartir conocimientos a través de los idiomas. Queremos transportar a las personas fuera de la ciudad y que se sientan en una playa de Río de Janeiro”, señala Da Silva.
Lo que buscan es representar la cocina amazónica, la naturalidad de los platos y el respeto por los ingredientes que se tienen en esta región. “Esta gastronomía se basa en la cultura de los indígenas, donde existen más de 70 especies distintas de peces, de las cuales solo se comercializan 20 porque las otras son solamente consumidas por las personas de la región. Su variedad culinaria también depende de sus diferentes técnicas y formas de conservación”, afirma Fabián Pérez, socio fundador de Boteco Río.
Aun así, traen a Bogotá peces como el pirarucú y quieren empezar a trabajar con otros como el tambaqui, suribí, tucunaré y bodó, los cuales no son muy utilizados en otros restaurantes. Además de ello, quieren desarrollar una coctelería de autor basada en los productos del Amazonas, en donde se agreguen frutas de la región.
