En el mundo existen más de 40 tipos de pasta, varían en función de su forma y longitud además de su color (dado por sus ingredientes), grosor y relleno. En Colombia, los 5 tipos de pastas preferidos según Archies son Fusilli, Penne Rigate, Spaguetti, Fettucine y Linguine, en preparaciones como: Spaguetti a la Bolognese, Fetuccini Amatriciana, y Lasagne alla Bolognese.
El tipo de pasta más consumido donde está presente la marca (Bogotá, Cali, Medellín, Bucaramanga, Cartagena y Pereira) es el Fusilli en salsa de pollo y tocineta, y la lasagne alla Bolognese. A pesar de que ofrecen 21 tipos diferentes de pasta en 85 distintas preparaciones.
En la actualidad, este alimento se ha diversificado y convertido en un imperdible de todas las cocinas del mundo, y Colombia no es la excepción, ya que, por su versatilidad forma parte fundamental de la dieta de los colombianos. Según Euromonitor cada colombiano consume 3 kilos de pasta anualmente, esta cifra indica que la aceptación y consumo del producto, tiene grandes posibilidades de aumentar hasta 731.000 millones de pesos para el 2021, y las variedades disponibles en el mercado local han alcanzado volúmenes de ventas de más de 150.3 toneladas.
Mauricio Casas, chef corporativo de Archies Colombia, considera que es importante mencionar la gran evolución y riqueza de las preparaciones que nos ofrece este producto hoy en día. «Al principio este alimento se comía sin ningún aderezo y sin queso; cuando se industrializaron las salsas de tomate y aceite, las amas de casa diversificaron las formas de preparación, trayendo a la mesa diversos productos locales como la mozzarella, el parmesano o el prosciutto. La pasta se convirtió desde ese entonces en un plato completo y versátil, apto para diferentes momentos de consumo. Esto nos da una idea de la evolución que ha traído consigo este delicioso ingrediente y la forma en que la tradición italiana reúne a la familia alrededor de una mesa abundante”.
Finalmente, como dato curioso, es importante recordar que en 1740, en la ciudad de Venecia, Paolo Adami, recibió la licencia para abrir la primera fábrica de pasta. Cien años después, en Amalfi, empezaron a usar molinos de agua y moledoras de piedra, donde la sémola era separada del salvado. Las máquinas trajeron consigo el desarrollo del mercado y exportaciones a través del océano.
Más tarde, países importadores comenzaron a producir máquinas para fabricar sus propias pastas, y éstas lograron conquistar el mundo. A partir de ahí, la gente comienza a referirse a este fenómeno como “La Industria de la Pasta”.