Cuando hablamos de la comida vegetariana o vegana, muchas personas piensan que el alimento que van a consumir no es rico o que van a quedar con hambre. También que no van a obtener toda la energía que el cuerpo necesita.
Estos son algunos de los mitos que pretende romper la chef Manuela López con su propuesta de cocina vegana.
Su amor por la cocina nació desde que era muy pequeña. A su mamá le gustaba mucho cocinar y una de las tantas cosas que aprendió hacer con ella fue los chocolates con maní, los cuales se dedicó a vender en el colegio. Poco a poco su oferta fue aumentando.
“En el colegio siempre dije que quería estudiar gastronomía. El miedo de mis compañeras en décimo era que no sabían que estudiar, mientras que mi miedo era que estaba tan segura de estudiar esa carrera que no tenía ninguna otra opción en caso de cualquier cosa negativa sucediera o las cosas no se dieran como lo había planeado”, asegura Manuela.
Sin embargo, su amor por el vegetarianismo y veganismo empezó antes de que naciera su hija Azul, cuando se empezó a cuestionar muchas cosas acerca de su vida y de la alimentación. “Me quejaba mucho de la situación de nuestro planeta, de las problemáticas climáticas, de la basura, el maltrato animal y la industrialización; al fin y al cabo no estaba haciendo nada para aportar a estos problemas. Cuando nació Azul dije, quiero ver crecer a una persona con más conciencia, una persona que esté en equilibrio con el mundo y con su ser; por eso la alimentación a base de plantas. Más que una alimentación, es un estilo de vida, una forma de pensar, de comer hasta vestirse. Quiero trasmitir una vida sana, una vida en equilibro con mi ser y con el mundo y sobretodo con los que me rodean”, agrega.
Otra de las causas por las que dejó de consumir proteína animal, además
del cuidado del planeta tierra, es por la salud y el bienestar del cuerpo. Sin
embargo, considera que para poder tomar una decisión como esta, de cambiar los
hábitos alimenticios, es necesario educarse sobre el tema, tener claro por qué
lo hace, para qué lo hace y qué quiere lograr con ello.
Para ella, una dieta balanceada a base de plantas debe contener proteínas que se obtienen de muchos granos como los garbanzos, lentejas, fríjoles, entre otros, y de cereales como el arroz y la quinua.
Un día de su dieta contiene:
– Al levantarse se toma un agua con limón y vinagre de manzana o un jugo verde.
– Al almorzar su plato por lo general tiene arroz, un grano y ensalada de vegetales.
– Para la cena toma una sopa o se come una ensalada.
Ella recomienda que en todas las comidas se consuman semillas porque estas cuentan con alto contenido proteico.
Otro de los mitos que tienen las personas que no conocen acerca del vegetarianismo o veganismo es que es una comida costosa. Empero, Manuela realiza una relación calidad vs costos con estos productos y afirma que este paradigma no es del todo cierto. “La proteína vegetal vs la proteína animal es mucho más económica. Quizá lo único costoso puede ser el tema de las semillas, los alimentos que reemplazan a los lácteos como la leche de almendra o los quesos”, afirma.
Por eso con su cocina busca demostrar que hay mucho por explorar con este tipo de comida que puede ser tan nutritiva y abundante que puede hacer que las personas acostumbradas a comer proteína animal no sientan la necesidad de comer más carne o lácteos.